lunes, mayo 14

He vuelto.

Siento que mi mundo se puso de cabeza y giró hacia atrás y hacia adelante ¡otra vez!

Esta vez no me gusta tanto el rosado, nuevamente, prefiero el azul, cuando la vida es más amarilla y naranja, (sol, hambre, comida, calor, felicidad), pero tiendo a mezclarla con tonalidades frías porque me muevo y pienso a partir de los contrastes.

(Welcome back)

Un dato curioso, que me trajo a publicar nuevamente, porque el primer paso es siempre difícil, el abandonado blogger aparte de tirarme códigos de error, me insiste constantemente en que demuestre que no soy un robot. 

"Demuestra que no eres un robot".

Muchas veces me siento acosada porque la sociedad, la gente, la gente más tonta, la gente querida, me pide que le demuestre ciertas cosas; que soy mujer, que soy real, que soy la mujer de su vida, que no soy un camión, que soy heterosexual, que soy homosexual, que soy estudiante, que soy feliz, que no estamos muertos, que no soy anoréxica (solo flaquita), que a Diosito lo quiero mucho... Nunca antes me habían pedido que demostrara que no soy un robot. Hay que admitir que da miedo, porque quizás siempre fui un robot con conciencia y ahora recién me enteré, debo seguir ciertos patrones y demostrar lo contrario. El problema es que siempre que me encuentro ante un captcha mis ojos desenfocan, mis dedos no responden, y no acierto los códigos (ErrorbX-48mfyfprrrobotprr) 

Así que he aquí una nueva hipótesis sobre mi vida: debo ser uno de los robots más modernos fabricados por los japoneses, después de Stephen Howking y quizás cuantos más. Estamos entre ustedes.