domingo, marzo 9

Ya no puedo seguir con vida. Simplemente ya no soy tan fuerte. Quizás mi habilidad en aparentarlo sigue siendo excelente, pero no puedo, simplemente seguir dudando y seguir adelante. Uno cree haber logrado la perfección, pero de nada sirve si para ti no es suficiente. De nada sirve si sigues escarvando en el pasado buscando quizás qué, y encontrando quizás... No quiero saberlo. No puedo saberlo, ¿debo saber? Algo que termine de aniquilarme, o la respuesta tal vez que me mantenga con vida.

No sé. Escribi para no morir, para que mi palabra muera mientras yo intento seguir con vida... O me conformo. Había olvidado tras mi felicidad cómo era sentirse así.

Sigo con vida porque me lo merezco todo. Soy un ser humano terrible, el peor que conozco. Merezco morir en vida, hasta la última verdad solamente. No, ya no tengo fuerzas. Ojalá poder acabar con todo.  Al final el amor me salvará, al final, solo si alcanza, solo si es amor.

martes, marzo 4

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Qué extraño creer que eres feliz, y de repente notar que no eres más que la sombra de algún otro fantasma. Solo eso.

lunes, marzo 3

2014


Dónde fue. Cómo fue. Y el principio, el distante comienzo al que más tarde se le unirían millones de casualidades dadas por las instancias de la vida, esas pequeñas elecciones como en un corredor con una cantidad infinita de puertas que vas atravesando, y cruzando otra y otra hasta que pierdes el punto de partida. De pronto acá estoy, en una habitación común, ese cuarto distante y perdido entre otros tantos donde al fin te encontré.

Podrán explicarme el azar mil veces y aún así nunca lo lograré comprender, tiene una lógica única en sí mismo cuando ya llegaste a ese punto de término, antes no es nada, solo un montón de opciones. Bastaba con errar en una puerta y ya todo habría sido diferente, y jamás te habría encontrado.

Dios sabe qué habría encontrado en esos otros perdidos corredores de la vida. No, él no lo sabe, nadie lo sabe, lamentablemente este fue el único camino posible que valió la pena plasmar. He estado en escenarios diferentes, erré en el cuarto de otro extraño y ninguno valió la pena. Ninguno me hizo llegar a estas palabras, a este momento a cómo se ve ahora.

Enredé kilómetros de hilos y llegué hasta el ahora que no quiero que pase fugaz. Ni lento, me gustaría congelar mi vida. Cerrar las puertas con seguro, encadenarlas todas y quedarme en el ahora, en este lugar. Quiero que nos encerremos y no volvamos a abrir las puertas al corredor...


«No abras esa puerta dijo. El corredor está lleno de sueños difíciles».