miércoles, octubre 5

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El día tiene muchas horas y mi mente tiende a viajar justamente donde escondo tu recuerdo.

lunes, septiembre 26


Ya es de noche todos los sonidos duermen remueves el maquillaje con agua salada de ojos que se hinchan cansados obligada a dormir.


domingo, septiembre 25

Me trago tantas lágrimas de inseguridades, penas, frustraciones y temores, que me comienzo a ahogar desde dentro.

Dios, no me dejes morir.

viernes, septiembre 23

Carrusel otra vez.

La soledad te ataca de muchas maneras, a veces drásticamente estás en la puerta de tu casa con dos maletas y un bolso sin tener claro si ir hacia la derecha o hacia la izquierda. Cuando realmente notas que en el fondo encontrarás un montón de puertas bloqueadas.

Estar solo cuando te aferras tanto a algo que simplemente te suelta la mano en el momento menos esperado y quedas flotando a la deriva sin llegar a ningún lado.

El problema con nuestras soledades es que estás en ese momento en que tu corazón ni late acelerado, ni se encuentra reprimido, tiene ese latir vacío. No respiras ni te ahogas, simplemente no sabes si seguir llorando porque esta el temor de que no haya nada después.

Cuando me llega el vacío tengo miedo de estar en las calles con un montón de puertas cerradas, tengo miedo de flotar a la deriva, tengo miedo de respirar o llorar, porque me parecen situaciones que no tienen fin. Estoy sola. No camino porque no puedo decidir a donde llegar. La soledad es una neblina densa en tu cerebro, y simplemente no hay solución. Flotarás hasta morir de frío, correrás hasta no sentir las piernas, nunca dejarás de llorar, tu corazón indeciso solo podrá explotar.

Cuando te ataca, quieres que tu cabeza pare de dar vueltas, pero tu cabeza ya no está a cargo, extiendes tus brazos, atas la soga y te lanzas. ¿Y qué viene después? El carrusel endemoniado en el que das vuelta y te asfixias y no te mata. Entonces nunca sabrás qué habría venido después, no puedo decirte si esa es tu cura, no la viví, o no la morí para ti.

lunes, septiembre 5

Septiembre siempre sabe salado, como ahogándose en el mar. Como espantada en una feria con múltiples colores, Sí, arriba del carrusel bordeando la muerte. Una muerte pequeña, pero sin vida. Sin vida, la vida vuelve pero nunca es la misma. Arruiné mi vida cuando quise acabarla.

Una de dos, o tiras del gatillo y das directo al corazón o te quedas para siempre sangrando y agonizando sin morir. Es solo una de las dos.
Todo este tiempo, haciéndome sentir segura. Insistiendo en que todo el dominio estaba en mí, cuando en realidad eras tú quien iba a dejarme.

Siempre es así, te nublas en tu propio sentir, esos sentimientos en tu corazón te hacen dibujar un mundo hermoso al otro lado del gris. El amor te pone ciega, y en eso estás cuando de tropiezas y tu pecho choca contra la única piedra sobresaliente en la acera, que estaba ahí al parecer para golpear de pleno y partir ese corazón que te estaba intoxicando en esa extraña ebriedad.

miércoles, agosto 17


Pero un cigarro es siempre la muerte. Muerte a largo plazo. Creer tener compañía en la soledad. Dejar caer una colilla prendida como si fuera accidental.
Sí.. Pero no es solo el cigarrillo, la vida también siempre es la muerte, al mirar por la ventanta, al dormir plácida en tu cama, al doblar la esquina o distraerte con el viento. Pero queremos aumentar aún más las posibilidades y estar cada vez más cerca de la cara de esa muerte vanidosa y seductora.. Sí... seductora... Pero todos saben que es así porque es una perra carnal.
Ojalá no intentes seguir a la muerte :) Siempre la perdición nos parece acertada pero... una vez que cruzas la barrera notas que el falso final que imaginabas no lo era, y ves que pasan tantos segundos que probablemente no habrías vivido por el mero deseo carnal e instintivo que sentiste en un momento por acercarte a la tétrica calavera de la supuesta culminación del dolor.
A veces me da por pensar... Pero ni yo misma me puedo alejar y me subo al carrusel y la desafío.... Pero ya, nunca más espero... Hasta el finalísimo final

Tiene un número, el 78.

Mi blog tiene 77 entradas y justo estaba pensando en que incluso recientemente escribo cosas muchas cosas nostálgicas y azules. Y sinceramente, no supe revertir eso. Por lo general tengo esta tendencia a quedar estupefacta ante la felicidad, y por esto las palabras quedan atoradas en mi boca. Bueno, la desilusión también me deja sin palabras pero ahora no es síntoma de eso.

Honestamente ahora soy muy feliz. Mi mente maquinó muchas cosas buenas después de largos períodos de tristeza y desesperanza, y he llegado a un punto en que mis maquinaciones se han ido haciendo realidad, no como las pensaba, sino que con vida y movimientos propios, escapando de buena manera a lo que concibió mi imaginación.

Bueno, el 77 me recordó fugazmente un grupo musical, pero lo importante es que me evocó un cuento de nuestro estimadísimo Julio:

Amor 77. Y después de hacer todo lo que hacen, se levantan, se bañan, se entalcan, se perfuman, se visten, y así progresivamente van volviendo a ser lo que no son.

No les diré las cosas que pienso con este cuento, porque son muchas y les dejo tener su propia lectura de las cosas, solo les digo del buen efecto memorable que tiene en mí.

También se me vinieron unos recuerdos fugaces, pero al revés. Oh, que es rico vivir sin ropa, crear un cuento desde su final hacia el principio.

Hola, estoy contenta, así me cuesta mantener un poco el hilo de las cosas. Es porque en mi vida nunca he funcionado con sencillez ni calma, sino con la presión de las desgracias que se avecinan o tratando de resolver las cosas que vienen torcidas. Tener la calma y la paciencia de una espera en mí es nuevo, en serio. La indiferencia igual, esa insoportable levedad que se viene. Es otra cosa. Pero tampoco quiero pensar mucho ni lo consigo.

Hola, perdí el hilo. Ese del que cuelga la vida. Adiós.


martes, agosto 16

En la vida lamento que se me han olvidado infinitas cosas. Que me he perdido los detalles, que me consumo en las inmensidades, que me conformo con la inexistencia.

A veces me cuesta recordar que he aprendido cosas importantes.
A veces me cuesta recordar qué me gusta.
Me cuesta recordar lo que fui.
Lo que no quiero y seré.
A veces se me olvida que solo soy un pez, que siempre lo fui.
O quizás no lo fui siempre, pero olvidé aquel día en que así me nací.

miércoles, agosto 10

Son muchas las veces que pienso lo mismo. Que el mundo empezó a girar antes de que yo estuviera lista y que no hemos logrado sincronizarnos en toda mi vida. Siempre me voy tropezando, voy de día como si fuera noche. Se me cruzan las primaveras con los otoños y creo que el Norte es el Oeste.

No tengo concienca geográfica, no tengo miedo. Tengo una prudencia inconstante.

Siento que empecé a caminar tarde y que voy descordinada. Son muchas las veces que creo que no encajo en el mundo. Creo que el plan de Dios es egoista. Que todas las demás masas se mueven y yo soy acá una caja de huesos que hace cloc cloc molestamente.

Creo que no encajo en los tiempos. En los espacios. En los grupos. En la gente. En las familias. En los lazos. No, no encajo.

viernes, julio 29

*

No me gusta vivir con el dolor. No me gusta vivir con el dolor. No me gusta vivir.
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viernes, julio 22

Entrada nº 100

Hola soy una perfecta extraña, pero me encantaría que me conocieras.

Tengo algunas mañas, pero de verdad tengo sentimientos muy bonitos y una compasión innata por las personas. A veces mis convicciones son un poco extrañas, constantemente me encuentro debatiendo con mis superiores sobre mi supuesta forma de ser y cómo debería ser para conseguir un ascenso.

Últimamente me jotean hartos señores, eso que tengo 20 años y me veo de 14, así que bien raro. Una vez un gran amigo me dijo que yo tenía como ese efecto "Lolita", me encantó el piropo, pero no me gusta pagarme tanto tampoco.

También me convencí de que nunca van a comprenderme y aceptarme, y aunque lo sé, aún no logro cerrar esa bocota que mi madre me dio. Y dale, y dale con que yo sí puedo hacer un elefante morado si me das un elefante y harta pintura, o si te fumas un porro conmigo.

Lo ser bocona, no sé si sea una virtud. Calla Jesu, parece que es en mi paciencia en lo que fallo.

Otro defecto es que como mujer no olvido, y cada tantas temporadas saco a luz los resentimientos del pasado generando conflictos en el presente (de nuevo mi boca atacando).

Una virtud, que tal vez sea defecto, es que me gusta mucho confiar en la gente. Claro, a veces me llega el golpe por la espalda de vuelta, pero al menos vivo como en paz por algún tiempo. Si es que conocí al ser humano capaz de no traicionar esa entrega y confianza creo que esto podría ser una gran virtud.

Soy inconstante, confusa, y dispersa. Me gustan muchas cosas, pero no sé para qué soy buena. O quizas en lo que soy buena me dejo estar y no me preocupo.

Un GRAN defecto, es que me encanta el contacto humano, pero por sobretodo el contacto intelectual. Odio cuándo no me puedo explayar, o cuando quiero comunicar ciertas cosas y no encuentro con quién, creo que soy muy dependiente del afecto de los otros... ¡Pero es que el cariño es tan lindo!

Sí, encuentro que el amor es una cosa maravillosa, y trágica. Por eso me gustan The Beatles que saben que el amor mueve el mundo, y Cortázar, porque pese a que el amor es extraño, inexplicable, esponjoso y muchas veces insensible y trágico, es bonito porque existe, aunque después volvamos a ser lo que no somos, después de hacer eso donde solo hay amor entremedio.

No me gusta el drama, ¡quiero ser feliz! Pero la emoción entremedio, me gusta emocionarme harto, soy como intensa. Hoy me dijeron que era de otro planeta, y lo sé, acá soy una visita forzada pero en fin. Hasta que termine mi pasantía me debo quedar.

Insisto, de verdad que quiero a la gente, pero abran un poquito más los ojitos y nótenlo porque o sino me doy por vencida. Ojalá vieran todo el amor que guardo cerquita mío para entregarlo como corresponde en el momento oportuno.

Creo que el vaso siempre se rebalsa.

Creo que la vida es un vaso, yo la relleno hasta el colmo y voy sorbiendo si se sube mucho la espuma y le echo, le echo. Hasta que se chorrea.

¿Después quién lava mi mesita?

No tengo talento para escribir, pero tengo buena ortografía.

Lo peor es que siempre olvido por qué empecé a escribir y termino en un lugar nada que ver.

Supongo que debí haber equilibrado mis subjetivas virtudes y defectos, pero tampoco reviso mis palabras a medida que avanza la página.

He escrito 100 entradas para este blog, algunas salieron para el modesto -más bien reducido- público, otras siguen sin salir a la luz y ya perdieron su momento ad-hoc. Lo siento pequeñas, pero las tengo ahí porque me gusta conservar todas las piezas de mi pasado.

Obviamente un entrada importante debe ir dedicada a mi única infiel lectora: Analfabetagamma.


¡ Feliz 2011 !

miércoles, julio 20

Un gato en el zapato.

Esto lo escribí el día 3 de Abril del 2011, un día después de mi Feliz Cumpleaños, lo encontré ayer, no lo leí, no lo revisé. Mi blog lo encontré hoy. Hola.

Y dice más o menos así :


A veces quisiera tener una vida, pero como la vida que siempre quiero y que no tengo y no hay modo de que pueda cumplirlo.

Me imagino haciendo todas esas cosas que impulsivamente he querido hacer y que he dejado de lado, desde unirme a la comunidad de la iglesia del barrio de al lado, a hacer piruetas en una plaza, de meterme a los scout por una semana, de practicar volleyball, running, meterme con las olas hasta el cuello en una playa, de escapar por la ventana, ir al cerro de Machalí a tomar un vino barato, salir en las miles de fotos que me perdí con mis compañeros, usar el polerón que nos hicimos en cuarto medio, amanecer escuchando a Los Tres un año nuevo, ir a la fiesta de moda, conocer el mundo alto que ni me asusta ni avergüenza, leer Rayuela hasta el final alguna vez, tomar un bus a donde quiera y allá decidir si me quedo un día, o dos o menos, poder comprarme una pipa de agua, dejar que mi familia lea mis comentarios sobre el mundo, expresar el montón de tonteras que pienso, enamorarme un millon de veces, regodearme en escoger, pensar menos en la opinión del resto, gastar el dinero sin sentir que tengo que dar cuenta, poder trabajar en el lugar que sea, y caminar libremente después de las noches, leer en una esquina sin haber tenido que pedir permiso, de pronto decidir que es mejor caminar sin rumbo por Ñuñoa, tomar dos pantalones y unas cuantas poleras con una manta y marcharme, poder estar un domingo con caña en cama sin sentir la presión de tener que levantarme y pretender que el mundo no me da vueltas, andar con poca ropa por las playas, besar a un chico, a otro, a una chica, adoptar otro gato, tirarme en bungee, tirarme en paracaídas, ir a descubrir que hay al otro lado del río, hacer tantas tonteras en una noche que pueda culpar al alcohol, tatuarme el cuerpo, pintarme el pelo, dejarlo corto, dejarlo largo, un piercing en la lengua, en la nariz, en la oreja, sacármelo, ser gótica y después pokemona, andar descalza, vestirme mal, vestirme bien, vestirme barato y ser exquisita, visitar a mi ex novio y aventurarme a dejar de vernos otra vez, escuchar más fuerte, encerrarme en la pieza, dormir días enteros, llorar de aburrimiento, y un día decirle a todos que tal vez me paso por la raja lo que quieran decir, incluso hacer parkour, lucha libre, por un mes o dos, rayar las paredes, tirarme en el pasto a fumar y contar nubes y de pronto notar que las nubes son estrellas, y decirle a mi amigo que me gusta tanto que me gusta tanto y que me gustaria gustarle a él porque soy una buena mujer para estar, y que podría gustarle, que soy atenta, lo haría reir y feliz si me quisiera, y que aparte mi mamá le quiere. Quisiera que cierto santiaguino me gustara más porque estoy convencida de que el ve algo diferente y especial en mí, en vez de creer todo el tiempo que por encima tal vez me miente.

Son todas cosas que quiero hacer, no mucho ni muchas veces, tal vez un tiempo, quizás solo una vez, cosas de las que pronto me arrepentiré o instantáneamente, pero me encanta equivocarme después de hacer ciertas cosas, pero haberlas hecho, y hacer muchas cosas. Me gusta el poder de las decisiones, el poder escoger solo valiéndome de mis propias conclusiones, que son malas y lo sé, pero me gustan esos millones de recuerdos y estupideces, reirme mucho de mí misma, mentirle a la gente y hacerlos reir mientras se creen que soy de cierta manera que tal vez no, que me imaginen de otros modos, ¿y qué? Si quise hacer cosas que ya no quiero, si hice cosas de las que me arrepiento, si te di falsas ideas, esperanzas, si mentí y me escapé, si quise decir cosas que me callé, si terminé y quise volver pero el orgullo y la imagen superó mis anhelos. No me arrepiento de las veces que mentí, de las cosas que no me autorizaron, de las que me recriminaron, ni me siento mal por sentirme diferente, ni que no me entiendan, y estén en mi contra. Me gusta mi vida, porque en el presente vivo y escribo y no tengo solo un pasado o un solo futuro que espero, sino que estoy llena del presente, y de los presentes pasados y de los presentes que vendrán.

Todo lo que pienso es idiota, y cuando lo releo entiendo poco, y bien. Así no más va a terminar porque no se me ocurre como cerrar si ya ni recuerdo lo que escribí sobre esta no conclusión.

domingo, febrero 27

34 días para llegar a la doble "X" de edad.
I'm still alive. I'm still alive.

Todavía estoy cinco décimas por debajo de la niña que debía ser, incluso 20 décimas, pero ¿a quién le importa? Estoy con cero décimas de diferencia con la niña que soy y me gusta ser.

That's me. Quiéreme de todas maneras. Gracias.

miércoles, febrero 23

Siempre he estado cinco décimas por debajo de la niña que debía ser.

Sé que la vida es muy trágica, que yo debería estar agradecidísima. Pero necesito sentirme así de mal en estos momentos, necesito sentirme mal aunque no sea tan grave para el resto de los seres humanos.
He tenido amores, que me hicieron pasar malos ratos, otros tantos romances que quedaron en ensoñaciones de un día, de un momento.

He mandado miradas e intentado que un extraño vea más allá de mi ser concreto, he estado con extraños que no han visto más allá lo que en realidad soy. Y así con el tiempo en mi actualidad me he autonegado llegar a establecer algo concreto, me he negado a la posibilidad de ser querida más de un instante.

Mi límite está en todo lo que antes me fue prohibido.

Mis buenos momentos de felicidad son opacados por su fugacidad e intrascendencia, y por la oscuridad que acarrean. Podría recordar detalles felices, pero su recuerdo no genera en mí un esbozo se sonrisa siquiera.

En poco más de un mes quizás llegue a un tercio de mi vida, a la mitad. Qúizás sea mi última década y solo puedo recordar...
Hola, estoy a 38 días de cumplir 20 años y no tengo nada lindo que decir,