miércoles, agosto 17


Pero un cigarro es siempre la muerte. Muerte a largo plazo. Creer tener compañía en la soledad. Dejar caer una colilla prendida como si fuera accidental.
Sí.. Pero no es solo el cigarrillo, la vida también siempre es la muerte, al mirar por la ventanta, al dormir plácida en tu cama, al doblar la esquina o distraerte con el viento. Pero queremos aumentar aún más las posibilidades y estar cada vez más cerca de la cara de esa muerte vanidosa y seductora.. Sí... seductora... Pero todos saben que es así porque es una perra carnal.
Ojalá no intentes seguir a la muerte :) Siempre la perdición nos parece acertada pero... una vez que cruzas la barrera notas que el falso final que imaginabas no lo era, y ves que pasan tantos segundos que probablemente no habrías vivido por el mero deseo carnal e instintivo que sentiste en un momento por acercarte a la tétrica calavera de la supuesta culminación del dolor.
A veces me da por pensar... Pero ni yo misma me puedo alejar y me subo al carrusel y la desafío.... Pero ya, nunca más espero... Hasta el finalísimo final

Tiene un número, el 78.

Mi blog tiene 77 entradas y justo estaba pensando en que incluso recientemente escribo cosas muchas cosas nostálgicas y azules. Y sinceramente, no supe revertir eso. Por lo general tengo esta tendencia a quedar estupefacta ante la felicidad, y por esto las palabras quedan atoradas en mi boca. Bueno, la desilusión también me deja sin palabras pero ahora no es síntoma de eso.

Honestamente ahora soy muy feliz. Mi mente maquinó muchas cosas buenas después de largos períodos de tristeza y desesperanza, y he llegado a un punto en que mis maquinaciones se han ido haciendo realidad, no como las pensaba, sino que con vida y movimientos propios, escapando de buena manera a lo que concibió mi imaginación.

Bueno, el 77 me recordó fugazmente un grupo musical, pero lo importante es que me evocó un cuento de nuestro estimadísimo Julio:

Amor 77. Y después de hacer todo lo que hacen, se levantan, se bañan, se entalcan, se perfuman, se visten, y así progresivamente van volviendo a ser lo que no son.

No les diré las cosas que pienso con este cuento, porque son muchas y les dejo tener su propia lectura de las cosas, solo les digo del buen efecto memorable que tiene en mí.

También se me vinieron unos recuerdos fugaces, pero al revés. Oh, que es rico vivir sin ropa, crear un cuento desde su final hacia el principio.

Hola, estoy contenta, así me cuesta mantener un poco el hilo de las cosas. Es porque en mi vida nunca he funcionado con sencillez ni calma, sino con la presión de las desgracias que se avecinan o tratando de resolver las cosas que vienen torcidas. Tener la calma y la paciencia de una espera en mí es nuevo, en serio. La indiferencia igual, esa insoportable levedad que se viene. Es otra cosa. Pero tampoco quiero pensar mucho ni lo consigo.

Hola, perdí el hilo. Ese del que cuelga la vida. Adiós.


martes, agosto 16

En la vida lamento que se me han olvidado infinitas cosas. Que me he perdido los detalles, que me consumo en las inmensidades, que me conformo con la inexistencia.

A veces me cuesta recordar que he aprendido cosas importantes.
A veces me cuesta recordar qué me gusta.
Me cuesta recordar lo que fui.
Lo que no quiero y seré.
A veces se me olvida que solo soy un pez, que siempre lo fui.
O quizás no lo fui siempre, pero olvidé aquel día en que así me nací.

miércoles, agosto 10

Son muchas las veces que pienso lo mismo. Que el mundo empezó a girar antes de que yo estuviera lista y que no hemos logrado sincronizarnos en toda mi vida. Siempre me voy tropezando, voy de día como si fuera noche. Se me cruzan las primaveras con los otoños y creo que el Norte es el Oeste.

No tengo concienca geográfica, no tengo miedo. Tengo una prudencia inconstante.

Siento que empecé a caminar tarde y que voy descordinada. Son muchas las veces que creo que no encajo en el mundo. Creo que el plan de Dios es egoista. Que todas las demás masas se mueven y yo soy acá una caja de huesos que hace cloc cloc molestamente.

Creo que no encajo en los tiempos. En los espacios. En los grupos. En la gente. En las familias. En los lazos. No, no encajo.