martes, noviembre 2

La vida es dulce

La señorita Analfabeta no bebe jugo conmigo en el metro porque encuentra flayte que el envase sea de 1 litro y no formato individual -no acusar de individualismo-. También revela que odia a la gente que va sentada en el piso del metro -yo- mientras ella va hincada, claramente esos diez centímetros de distancia entre el piso y su trasero marcan la diferencia. Finalmente la analfabeta famosa iba muerta de sed, con las piernas adoloridas por no haberse sentado cómodamente y asumiendo la realidad: Era tan flayte como yo.

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Para concluir... simplemente diré que los chocolates tienen la culpa... Por culpa de eso tuve que aguantarme la tediosa situación de esperar dos horas en el terminal acme (ese que está al lado del Tur Bus amado), aguantar los asientos incómodos (el piso) y la gente... Diferente (mi comentario clasista del día). Y para variar el caballero que era auxiliar del bus tomó tanta confianza que osó molestarme con mi acompañante... Si bien yo ya estaba molesta por el frío, por el hecho de que la Cosmopolitan estaba muy fome para comprarla, o estar ahí en medio de tanto ajetreo... Tuve que aguantar que a mi cara de yaestoychatadetodoyquierollegaramicasaA-HO-RA se le sumará el estar chata del auxiliar que me molestó por mi expresión de no-- no ando en busca de un pololo... Que cuando pasó a cortar el pasaje miraba con cara de trecetrece y que para variar se pusiera ahí a reclamar porque nuestras paradas eran distintas y él EXIGÍA que me fueran a dejar a mi casa... A la bajada traté de pasar desapercibida, pero no... Lo bueno fue que me bajé y llegué a casa. La noche estaba fresca, me prendí un cigarrito... El resto no importa.

2 comentarios:

  1. Me maté de la risa, demasiado chistoso, nunca me había reído tanto leyendo un blog.
    Me dejas mal parada literalmente. jajaja.
    Un abrazo

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  2. y no odio a la gente que se sienta en el metro, eso tiene una cláusula, odio a la gente que va sentada cuando el metro está lleno. De hecho el sábado de camino a la casa de la Fran me fui todo el rato sentada en el piso del metro.

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